Disciplinas espirituales en el Ministerio de Alabanza.pptx
La Bolsa Rota
1. E L vacío existencial es mucho mas que un enunciado filosófico o que un concepto intelectual. Es un dolor profundo, es
una oscura desazón. En Ia vida cotidiana se manifiesta como insatisfacción constante, como una ansiedad sin norte,
como una pérdida de la percepción de sí mismo, como un apuro insaciable, como un resentimiento sordo que no
ofrecen pausa ni reparo, que no se caIman con metas alcanzadas ni con plazos cumplidos.
Una Maestra para mi vida, de quien aprendí mucho en su momento, lo solía definir como "un cuchillo pequeño y muy afilado
que corta al alma y al corazón por la mitad".
C uando esa sombra nos cubre, nace la desesperación por disiparla. Allí acechan los pontífices del consumo. Cantan como
las sirenas. Nos prometen poder, satisfacción, placer, sentir, tener, alcanzar, llegar. Seremos fuertes, ricos, envidiados,
temidos, admirados, queridos, inmortales, bellos. Se calmara Ia angustia de una vida sin sentido. Viviremos en barrios
cerrados y vigilados, conduciremos autos inalcanzables y si con ellos aplastamos a alguien,· no habrá problemas, porque
estaremos ocultos detrás de los vidrios polarizados. Nuestras computadoras nos harán dueños del mundo, de toda la
información, de todo el saber, de todos Ios mercados, sin tener que salir al mundo, sin rozar nuestra piel con la del otro.
S eremos espectadores pasivos de un mundo ajeno (que patéticamente sonaremos como propio) al que accederemos a
tráves de una pantalla de 65 pulgadas y sonido mega estereofónico. Nuestros celulares remplazaran a nuestros
cerebros, porque tendremos cerebros cada día mas simples y la última camara digital ocupad el lugar de nuestra alma.
Todo esto en 3, 6 o 12 cuotas sin intereses, con instalación incluida. Cada vez que abramos una caja y tiremos el material
contaminante del envoltorio a la calle, se calma durante unos segundos la angustia. Pero renaced antes de que paguemos la
ultima cuota. Y ahí están nuestros gurúes del consumo, prometiendonos el próximo placebo.
E stos publicistas, mercadotecnocratas y economistas son, en verdad, dealers. Son traficantes. Nos ofrecen drogas. Nos
escandalizamos de las personas adictas a los narcóticos. Pero el mecanismo que esta detrás del consumismo es similar a
aquel. Todo parte de un vacío y sigue con la ilusión de que algo proveniente del exterior (una sustancia, un
electrodomésticos, un artefacto, un vehículo, un celular, ropa, alcohol, tabaco, sexo, un ciber lo que sea, etc.) llenan ese vacío.
Pero como es un vacío existencial, nada puede llenarlo salvo una vida responsable, significativa y trascendente. De modo que
es necesario aumentar las dosis. Consumir mas y mas rápido. No nos horroricemos de los adictos alas drogas. Son el espejo
mas descarnado de un modo de vida. No son extraterrestres. Nos denuncian
L os dealers del consumo siguen una metodología rigurosa, según la cual hay que crear primero una necesidad y luego
satisfacerla (lo leen en sus ibros de cabecera y lo repiten casi con orgullo). Pero entonces ya no es una necesidad, aunque
la sintamos como tal. Es un deseo. Las necesidades básicas del ser humano son de alimento, de AIRE, DE AGUA, DE
TECHO, DE ABRIGO Y DE AMOR. Esto fue definido hace tiempo (y, por supuesto, no ha cambiado) por Abraham MasIow:
Alimento no es comida chatarra y cara, aire no es el humo contaminado que respiramos cada día, agua no son las bebidas
artificiales que se nos ofrecen como la chispa de la vida o la llave de la alegría, techo no son los pisos exclusivos y blindados que
se nos prometen como dadores de identidad y amor no es que predomina en los vínculos que se generan en una sociedad
donde tener remplaza a ser.