BITÁCORA DE ESTUDIO DE PROBLEMÁTICA. TUTORÍA V. PDF 2 UNIDAD.pdf
Mientras la Ciudad Duerme
1. MIENTRAS LA CIUDAD
DUERME
Lila Caimari
Pistoleros, policías y periodistas en Buenos Aires, 1920 – 1945.
Pontifícia Universidad Católica Argentina
Maestría en Sociología
História Social y Economica Argentina
Prof.: Dra. Mariela Ceva
Alumno: A. Cícero Nogueira da Silva
2. LA AUTORA
LILA CAIMARI es doctora en Ciencias Políticas (Universidad de París)
e investigadora independiente del CONICET.
Es autora de "Perón y la Iglesia católica. Religión, estado y sociedad
en la Argentina (1943-1955).
Sus trabajos sobre la cuestión criminal han sido publicados en cuatro
libros:
• Apenas un delincuente. Crimen, castigo y cultura en la Argentina,
1880-1949 (comp.);
• La ley de los profanos. Delito, justicia y cultura en Buenos Aires
(1880-1940);
• La ciudad y el crimen. Delito y vida cotidiana en Buenos Aires,
1880-1940“;
• Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y periodistas en
Buenos Aires (1920-1945).
Es autora de numerosos artículos y capítulos de libro sobre
dimensiones de la historia social y cultural de la Argentina moderna
3. LA OBRA
MIENTRAS LA CIUDAD DUERME es una historia cultural de las
prácticas y representaciones asociadas al delito y a los intentos de
ordenar la metrópoli argentina.
Obra compuesta por seis capítulos organizados temáticamente a
partir de problemas relacionados al crimen.
La autora investiga las novedades materiales y simbólicas asociadas
al delito en la época de entreguerras.
Y explora distintos filones del tema del orden urbano en la década
del treinta, explorando los vínculos entre
• la policía,
• los imaginarios del delito,
• y la cultura popular.
Hipótesis: el motor del cambio debe ser buscado en el plano de la
modernización tecnológica, la expansión del consumo y la
transformación de la economía performativa del delito.
4. CAP. 1 - PISTOLEROS
Evolución material de las prácticas criminales en la ciudad de Buenos
Aires.
Estadísticas — los datos no muestran claramente el aumento de la
dinamica delictiva (dudosa confiabilidade).
Imaginário del crimen — mayor difusión periodística;
El “nuevo crimen” — efectos de la modernidade; mutaciones del
orden moral (sexual, familiar, etc.); expansión del consumo; la
industria del enterenimiento (estímulo al peligro), entre otros.
Decadencia política — entrelazamiento entre corrupción y poder;
Clamor público por más punición — el estado de las cosas en los
discursos de los defensores del Código Penal de 1922.
→ Foto: Mate Cosido (Segundo David Peralta).
5. Delito, consumo y tecnología
Popularización del automovil.
Instalación de subsidiarias de Ford (1917) y General Motors (1925).
En 1926, la Argentina era el séptimo lugar mundial em consumo de
autos (uno cada 27 habitantes).
Gran número de accidentes; “tiranía del deseo”; “dudosa
moralidade”.
Los policías no pueden actuar en todos los casos.
Mutación em la experiencia del espacio público.
→ Foto: Avenida de Mayo, 1927 (revista Caras y Caretas).
6. Hombres armados
Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) produce un salto en el design y
fabricación de armas rápidas y precisas.
La indústria mira la “batalla de la sociedade”. Con fuerte actuación
en América Latina.
Precios más accesibles.
Publicidad (para damas y caballeros).
El delincuente no precisa recurrir al tráfico ilegal.
Fuerte mercado de usados.
Violencias de rutina salpican las páginas de los diarios de la ciudad y
suburbio.
→ Fotos: ofertas de armas personales.
7. Cambios en las políticas públicas de seguridad
En los 1930, empiezan los cambios en dirección al mayor contról de la circulación de armas.
1932 — prohíbese la venta de armas individuales de calibre mayor al 38.
episodios de assaltos con ametralladoras Thompson (prisión de Severino Di Givanni).
1932 — categorización de la ametralladora como arma de “acción colectiva” — mercado negro.
1936 — dos decretos de Agustín Pedro Justo vuelven ilegal la venta y la tenência de pistolas automáticas de calibre
mayor al 22.
→ Fotos: ofertas de armas personales.
8. CONCLUSIONES
En una sociedad en profundos cambios morales, la tecnología y el consumo se pudo notar en la dinámica
del delicto. Al mismo tiempo en que la indústria cultural popularizava la figura del delincuente, el periodismo
presentava en folletines su cobertura espetacularizada de los crimenes.
El automovil y las armas automáticas eran objetos de consumo masivo. Esto modificó la escala de violência
de las acciones delictivas y generó profundos câmbios em las representaciones e imagines del delincuente.
El pistolero aparece como resultado de estos cambios materiales y de sus consecuencias en el orden
simbólico.
“Los observadores del pistolerismo no dudan del vínculo entre las nuevas formas delictivas y los
desaforados linguajes de la sociedad de consumo, su celebración del placer siempre ampliado, vertiginoso y
inmediato. El pistolero, se dice, está dispuesto a quemar la propia vida em su prisa por agotar las
satisfacciones del mundo. Por su hedonismo y obsesión de trascender, es la versión más extrema del sujeto
contaminado de lo moderno. Su individualismo sintoniza, a su modo, com los afanes consumistas de la
época. Es su espejo desmesurado, pero reconocible”.