3. Después de la guerra trabajó como gerente de un hotel en Madrid, lo que le dio la oportunidad de conocer a personajes del mundo de la política española y también a muchas personas de otros países. Parece ser que fue en Madrid donde se dio cuenta de que, aunque efectivamente no era comunista, tampoco era amigo de una dictadura. Al comenzar la segunda guerra mundial, se percató enseguida de la gran amenaza que suponía el nazismo para el mundo, ya que él apoyaba el sistema político anglosajón por lo que decidió actuar Se presentó en la Embajada Británica para ofrecer sus servicios como espía al servicio del bando aliado. Los británicos declinaron el ofrecimiento, pero Pujol tenía claro que quería ayudar y urdió un increíble plan para ser aceptado como espía. Logo del MI5
4. Se dirigió a la Embajada Alemana y, descubriéndose como un actor con unas magníficas dotes interpretativas, convenció al embajador de sus inmejorables contactos en el Reino Unido. Al haber estado en el bando franquista, del que presumía ser un defensor a ultranza, y decía ser un gran entusiasta de la causa nazi, fue finalmente aceptado con el nombre en clave de Arabel, aunque más tarde también utilizó el de Rufus, y pasó a la nómina de la Abwehr, el servicio secreto alemán. Cuartel general del Abwehr
5. En 1941 los alemanes le destinaron a Londres, pero él en realidad se marchó a Lisboa, donde se volvió a presentar en la Embajada Británica, esta vez en Portugal. Convenció al embajador, pues en aquel momento tenía mucho que ofrecer al MI5, el servicio secreto británico, por el que en esta segunda ocasión fue aceptado y contratado. La capacidad de interpretación de Juan Pujol impresionó a sus superiores y por este motivo el alias que le pusieron fue Garbo, en honor a la magnífica actriz. Juan Pujol Greta Garbo
6. Garbo se pone en marcha. Hizo creer a los alemanes que les enviaba información secreta desde Londres, cuando en realidad estaba en Lisboa. ayudado por una guía turística, un mapa, un viejo horario de trenes, restaurantes, noticieros de cine e información, inventó largos y convincentes informes de espionaje sobre las Islas británicas. Justificó los matasellos de Lisboa diciendo a los alemanes que contaba con los servicios de un correo, que llevaba sus informes de Inglaterra a Portugal (un piloto de líneas aéreas). Fingía viajar por toda Gran Bretaña y enviaba sus partes de gastos, según los precios que obtenía de la guía de ferrocarriles británica. Decía que estaba reclutando toda una red de espías para el servicio de los nazis, convenciéndoles de que algunos de esos supuestos agentes eran personajes de gran influencia en la sociedad inglesa, provistos de información valiosa (Llegó a inventarse hasta 27 agentes y cada uno de ellos tuvo con una ficha, y una historia creada por él)
7. A veces Garbo debía inventar razones para explicar por qué uno de sus agentes había sido incapaz de informar sobre alguna operación que tarde o temprano llegaba a oídos de los alemanes. En una ocasión informó de que uno de sus agentes de Liverpool había caído enfermo justo antes de un gran movimiento de flota desde el puerto de esa ciudad. Este movimiento naval fue la salida de la operación antorcha , la invasión del norte de África. El agente al haber caído enfermo le había sido imposible transmitir aquella información. Para dar credibilidad a su historia imaginaria, tuvo que fingir la muerte de ese agente y publicó una esquela falsa en un periódico local. De esa forma, los alemanes creyeron su historia y hasta pagaron una pensión a la «viuda» del agente muerto. Ejemplos de la Genialidad y la brillantez del espía español Entre todos, el equipo de espías imaginario de Garbo había enviado unas 400 cartas secretas y cerca de 2000 mensajes de radio a los alemanes. Y ni uno solo de ellos existió..., excepto ,claro, en la fértil imaginación del propio Garbo.
8. Los alemanes, por su parte, pasaban toda esa información a la Embajada Japonesa en Berlín, que a su vez la retransmitía a Tokio. Lo más difícil de todo estaba en seguir un guión coherente que no despertara sospechas a los nazis, ya que eran tremendamente desconfiados. Su misión se iba complicando cada vez más ya que Si no enviaba información Real, sospecharían de él, por lo que en 1942 fue trasladado a Inglaterra por el MI5, que le ayudó a realizar informes algunos de estos informes fueron verdaderos, que sirvieron para revestirle ante los ojos de los alemanes de un halo de eficacia y hacer que depositaran en sus informes una gran confianza.
11. El gran éxito de su carrera. Un éxito decisivo en la historia Convenció a los alemanes de que la gran concentración de tropas que había a la altura de Normandía era sólo un señuelo para mantener alejadas a las tropas alemanas de la verdadera invasión. Les persuadió de que en el sur de Inglaterra habían detectado unos grandes depósitos subterráneos repletos de armas y que, según sus informaciones, la verdadera invasión se produciría en el paso de Calais, a 250 km de Normandía. Cuando llegó a ser una pieza clave de los alemanes, Garbo se preparó para la operación Guardaespaldas (1944) : Paso de Normandía Paso de Calais
12. Para dar credibilidad a la idea de un desembarco en el norte de Francia, los británicos hicieron flotar frente a las costas de Dover (en Calais) barcazas con la apariencia de buques de guerra y barcazas de transporte, y construyeron puertos de cartón piedra y tanques de caucho. La trampa tuvo éxito. Incluso cuando comenzó la invasión, los alemanes creyeron tan firmemente en los informes que su agente Rufus les había enviado, que mantuvieron sus tropas esperando al General Patton en el estrecho de Calais, decisión táctica que tuvo graves consecuencias. Hizo creer a los alemanes que las fuerzas aliadas disponían de 77 divisiones y 19 brigadas en la costa sur de Inglaterra, es decir, un 50 % más de las reales.
14. ¡¡El don de palabra y las dotes interpretativas de Garbo eran realmente increíbles, ya que incluso después del fracaso alemán en el día D siguieron confiando en él y creyendo los informes que enviaba!!. Al acabar la guerra, se fue a vivir a Venezuela, donde comenzó una nueva vida con los suculentos beneficios que obtuvo de los fondos que le enviaron los alemanes para unos agentes que, en realidad, nunca existieron, y con la recompensa que le dieron los británicos por sus servicios. Además de engañar a los alemanes, se forró gracias a su dinero Tanto fue así que lo condecoraron con la cruz de hierro alemana. Y con la Orden del Imperio Británico
15. Todos los que le conocieron coinciden en describirle como una persona noble, muy inteligente, con don para las relaciones personales, y muy astuto, ya que fue la única persona condecorada con la cruz de hierro y la orden británica, todo gracias a su gran capacidad de fabular, engañar y seducir. Otro dato sorprendente es que Juan Pujol era un auténtico pacifista; uno de los hechos de los que se sentía más orgulloso era el de haber sobrevivido a la guerra sin haber apretado un solo gatillo y con su condición de espía. Murió en Caracas en 1988. Tras la guerra, y por motivos de seguridad, fingió su propia muerte y se instaló en Venezuela bajo identidad falsa. Ni siquiera su mujer y sus hijas supieron de él hasta casi cuarenta años más tarde, cuando se dio a conocer en los años ochenta.