2. La Ira
LAIRA, RABIA,ENOJOO FURIAES UNA
EMOCIÓN QUE SE EXPRESA A TRAVÉS DEL
RESENTIMIENTOO DE LA IRRITABILIDAD, LOS
EFECTOS FÍSICOS DE LA IRA INCLUYEN
AUMENTO DEL RITMO CARDÍACO DE LA
PRESIÓN SANGUÍNEA Y DE LOS NIVELES DE
ADRENALINA Y NORADRENALINA, ALGUNOS
VEN LA IRA COMO PARTE DE LA RESPUESTA
CEREBRAL DE ATACAR O HUIR DE UNA
AMENAZA O DAÑO PERCIBIDOS.
La ira se vuelve el sentimiento predominante en el
comportamiento, cognitivamente, y fisiológicamente cuando
una persona hace la decisión consciente de tomar acción
para detener inmediatamente el comportamiento
amenazante de otra fuerza externa que puede tener muchas
consecuencias físicas y mentales.
3. Tres tipos de ira son reconocidos por los psicólogos:
Ira precipitada y repentina” por joseph butler, un obispo del siglo VIII, está conectada
al impulso de auto preservación. Es compartida por humanos y animales y ocurre
cuando están atormentados o atrapados.
“Ira estable e intencionada” y es una reacción a una percepción de daño o
trato injusto por otros de manera malintencionada. Esta forma de ira y la
anterior son “episódicas”.
El tercer tipo de ira es, sin embargo, recurrente y está relacionada más con los
rasgos de carácter que con los instintos o pensamientos. Irritabilidad,
resentimiento y actitudes de mala educación son ejemplos de este tipo de ira.
Tipos de Ira
4. Tipos de Ira
Ira Reactiva
Respondes inmediatamente al insulto o
injusticia percibida, posiblemente
gritando o incluso dando portazos.
Ira pasiva-agresiva
El problema con el comportamiento
pasivo- agresivo, por ejemplo, atacar
indirectamente a la otra persona,
sabotearla o hablar mal
sobre ella, reprimir cualquier tipo de
admiración o retirarle la palabra, es que
fácilmente puede conducir a la misma
cosa que esperamos evitar: una
confrontación
Ira evitativa
Actuar como si todo estuviera bien cuando
realmente no lo está, literalmente, puede
hacer que nos enfermemos. Internalizar
daña la
5. Características de la Ira
Inseguridad
Baja Autoestima
Inmadurez Emocional
Escaza Tolerancia a la
Frustración
Soberbia
Egocentrismo
impaciencia
6. La ira puede surgir como consecuencia de un
estado de inseguridad, envidia, miedo, etc.
La ira puede aparecer también cuando se es
incapaz de afrontar una situación concreta,
pudiendo herir o molestar la forma en que
actúan las personas en el entorno.
En resumen, la ira o la agresividad suelen aparecer
en situaciones que se perciben como una
amenaza. Por tanto, la ira está fundamentada en
sentimientos como el temor, el miedo, la
frustración o incluso en cansancio. Cuando el
individuo se siente frustrado ante algo, se puede
reaccionar de varias maneras. Para el caso que
nos ocupa, una de las posibles reacciones ante la
frustración es la ira. La agresividad, por su parte,
es la manifestación exterior de la cólera que se
siente.
La ira aparece de un modo automático ante
algunas situaciones que se obstaculizan para
lograr fines u objetivos.
Las emociones no se producen sin razón, sino que
cada una tiene una función específica. En el caso
de la ira, el
Causas de la Ira
7. Control y Expresión de Ira
CONTROL DE IRA: Consiste en que
ante la experiencia intensa de
sentimientos de enfado o furia, el
individuo tiende a buscar y poner en
marcha estrategias cuya finalidad es
reducir la intensidad y duración de
esos sentimientos, así como resolver
el problema que los ha provocado.
IRA INTERNA: consiste en que la persona
que experimenta un intenso sentimiento de
irritación, furia y/o enojo tiende más a
suprimir esos sentimientos que a
expresarlos verbal o físicamente
IRA EXTERNA: La persona que
experimenta intensos sentimientos de
enfado los manifiesta a través de
conductas agresivas verbales o físicas
dirigidas hacia otras personas o
también hacia objetos del ambiente.
REPRESIÓN: que se
caracterizaría por una alta
reacción fisiológica pero una
débil sensación de
experiencia y una débil
respuesta conductual
SUPRESION: que implica una fuerte
experiencia y activación fisiológica
pero una débil respuesta conductual.
NEGACIÓN: fruto de una
baja experiencia de
ira pero una alta actividad
fisiológica y también
conductual
8. Reacciones de la Ira
Las emociones están muy ligadas a
nuestros pensamientos, por lo que
una situación puede ser “vivida” de
formas muy diferentes en función
de la persona. Por eso, más que
referirnos a situaciones “objetivas”
que dan lugar a la emoción de ira,
lo correcto es referirse a los
pensamientos asociados a esa
situación que causan ira.
La ira es una emoción que aparece cuando nos vemos sometidos
a situaciones que producen frustración o nos resultan
desagradables, pues nos sentimos atacados. Por lo tanto, existen
dos grandes categorías de situaciones desencadenantes de esta
emoción:
Situaciones frustrantes
Situaciones aversivas
9. Aprender a controlar la ira pasa por aprender a racionalizar algunas emociones e impulsos
irracionales y relativizar las reacciones que produzcan algunos eventos de la vida.
En caso contrario, la agresividad y la ira pueden conducir al individuo a un estado permanente
de alerta que puede generar malas experiencias personales. Por tanto, uno de los factores
claves en el manejo de la ira es el autocontrol, pero también cabe destacar las siguientes
dinámicas en pos de desarrollar la prevención de la ira:
No acumular ira sino gestionarla adecuadamente
Cuando algo injusto sucede y no hay reacción a ello, se va acumulando ira y
enfado. Tarde o temprano, todo este enojo que se va guardando estallará y puede
dar lugar a un episodio de violencia verbal y/o física. Por tanto, es importante
afrontar los problemas con asertividad y control, para no dejar que la bola del
enfado vaya creciendo por momentos.
Evitar la mentalidad de ganador/perdedor
En muchas ocasiones, el individuo se enfada como reacción a la frustración de no
haber logrado algunos objetivos que se planteaba, o cuando algo no ha salido tal
como lo esperaba. En estos casos, la empatía es el rasgo distintivo entre aquellos
que saben gestionar la frustración, controlar la ira y aceptar las contrariedades con
deportividad. Debemos evitar plantear las relaciones interpersonales como un
juego en que se gana o se pierde.
MANEJO DE LA IRA
10. Reflexionar acerca de las causas y las consecuencias de nuestra
irascibilidad.
Pensar en ello y analizar si la reacción emocional es realmente justificada y nos puede ayudar. Muchas veces
no pensamos por qué estallamos en un arrebato de ira, por ejemplo cuando vas conduciendo un carro y
reacciona instantáneamente insultando o haciendo gestos a otros conductores cuando hacen algo
incorrecto. En ese momento sería vital meditar sobre el porqué se reacciona de este modo: ¿has
pensado en las posibles consecuencias de tener un episodio de ira mientras estás conduciendo? Visto
así tal vez vale la pena tomarse estas situaciones de otra manera.
Relajación, meditación, autocontrol
La relajación es la mejor manera de prevenir los ataques de ira. Existen distintas formas de relajarse: practicar
deporte, el yoga, la meditación, el Mindfulness, tomar un baño de agua caliente, o cualquier método que
pase por distraer la mente y llevarnos a un estado de positividad.
De hecho, en los momentos concretos en que detectamos que se puede tener una reacción de ira, es una
buena idea tratar de respirar profunda y lentamente durante por lo menos veinte segundos; esto hará que
el cuerpo se desintoxique de la negatividad y la irascibilidad que se siente en ese momento.
Evitar situaciones y personas
irritantes
Se debe evitar encontrarse en situaciones que pueden aumentar la ira o llevar a un estado negativo. También
es probable que conozcas ciertas personas que te irriten especialmente (las temidas personas tóxicas).
En la medida de lo posible, hay que tratar de evitar los contextos en el que se sepa que se puede estallar,
y en cuanto a las personas que le irritan, algunas veces será imposible no tener ningún contacto (jefes,
algún familiar en concreto), por tanto, en la medida de lo posible, habría que tratar de conversar con esa
persona con el fin de que las interacciones no resulten tan irritantes.
Terapia con un
psicólogo
La ayuda de un psicoterapeuta profesional y acreditado puede ayudar decisivamente a gestionar este tipo de
reacciones emocionales, sobre todo cuando ha llegado un punto en que los comportamientos agresivos
derivados de un mal control de la ira son frecuentes. La terapia psicológica para estos casos está
destinada a modificar actitudes que generan situaciones de enfado, y permiten lograr una
reestructuración cognitiva para que el paciente pueda gestionar y controlar su ira. También se emplean
algunas técnicas de control emocional para controlar la ira y manejar así la agresividad.