Territorios Líquidos se presenta como un espacio de ensayos arquitectónicos optimistas frente a la compleja situación de diferentes ciudades alrededor del mundo en relación al manejo del agua en sus diferentes formas.
4. Territorios líquidos
Editores
Ignacio José Imwinkelried
Gonzalo A. Mir
Autores
Ignacio José Imwinkelried
Gonzalo A. Mir
Alejandro Borrachia
Pablo Carballo
Daniel D’Alessandro
Mariela Corbellini
Mateo Martinez
Facundo Miles
Juan Cruz Coraglio
Franco Tricherri Patocchi
Francisco Mercado
Gustavo Gabriel Giménez
Juliana Barreto
Serie
Eco lógicas proyectuales
Subserie
Infra.tecturas
6. Índice
///
00 / Preludio ineludible
01 / Ensayos conceptuales
02 / Ensayos proyectuales
03 / Workshop 2022
La infraestructura como soporte de lo público
I. Imwinkelried
Nuevo atlas de referencias
G. Mir
La ciudad y la nave de los locos
A. Borachia
El paisaje como infraestructura
P
. Carballo
Territorios anfibios. El Arroyo Morón, cuenca
del Río Reconquista
D. D’Alessandro + M. Corbellini
Aperturas líquidas
M. Martínez + F
. Miles
Sistemas interconectados
J. C. Coraglio + F
. Tricherri Patocchi
Interfaz urbano
F
. Mercado + G. G. Giménez + J. Barreto
07
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20
28
36
46
58
64
70
78
7.
8. Preludio ineludible
Ignacio José Imwinkelried
Gonzalo Mir
En 2019 fuimos invitados por el arquitecto Alejandro Borrachia a participar del equi-
po docente de la Escuela Superior de Arquitectura y Diseño de la Universidad de
Morón (ESAD UM); nuestro espacio sería el de una materia electiva de la carrera de
Arquitectura (que también sería un curso abierto). El enfoque siempre innovador de
Alejandro y su preocupación por las problemáticas contemporáneas globales nos
permitió trabajar sobre miradas vanguardistas de nuestra disciplina que no siempre
tienen lugar en las currículas más conservadoras de las carreras de Arquitectura. Es
de esta oportunidad académica de la cual estamos profundamente agradecidos que
Infra.Tecturas encuentra su verdadero espacio de crecimiento.
En estos dos primeros años este curso se ha convertido en un constante espa-
cio de reflexión y experimentación, no solo dentro de los talleres virtuales sino
también en investigaciones proyectuales, publicaciones y workshops. Este último
formato permitió a su vez dar inicio a un trabajo colaborativo junto a la Facultad de
Arquitectura de la Universidad Católica de Córdoba (FA UCC) gracias al valor otor-
gado por su decano, el arquitecto Matías Dinardi, a la necesidad de promover un
enfoque ambiental profundo y concreto sobre las escalas territoriales, urbanas y
arquitectónicas. Esta sincera preocupación se ve reflejada en esta publicación a la
que Matías ayudó a dar impulso y por lo que estamos muy agradecidos.
El workshop Territorios Líquidos resultó el punto de partida del vínculo institucional
establecido por el curso Infra.Tecturas (ESAD UM) y el Instituto Bioclimático de Pro-
yecto (FA UCC) y con ello pretendemos intensificar y profundizar nuestras investiga-
ciones proyectuales sobre el aporte que la arquitectura como disciplina puede hacer
al campo de las infraestructuras con el fin de afrontar las actuales problemáticas
globales urbano/territoriales y su impacto en el medio ambiente.
7
13. 12
La infraestructura como
soporte de lo público
Ignacio José Imwinkelried
Territorios líquidos
Históricamente el agua ha sido uno de los recursos naturales más importantes
para el desarrollo de la civilización. Sin embargo, con el incremento sostenido del
calentamiento global y la contundente migración de las poblaciones rurales a las
ciudades, se han generado problemáticas crecientes en torno a ella. Actualmente
el agua provoca en los ecosistemas urbanos fricciones indeseadas entre la socie-
dad y los recursos hídricos que van en detrimento de una próspera convivencia; es
por ello que el abordaje de esta problemática pretende devolverle al agua todo su
potencial como articulador de los ecosistemas urbanos a nivel ambiental y de los
espacios públicos a nivel sociocultural.
En este contexto, Territorios Líquidos se presenta como un espacio de ensayos
arquitectónicos optimistas frente a la compleja situación de diferentes ciudades
alrededor del mundo en relación al manejo del agua en sus diferentes formas. Par-
ticularmente este workshop toma como objeto de estudio al arroyo Morón en Bue-
nos Aires (Argentina), uno de los tantos afluentes del gran sistema de la cuenca del
río Reconquista. Este ha sufrido importantes intervenciones a lo largo de la historia
incluyendo grandes sectores entubados subterráneamente y sectores liberados a
cielo abierto. Esto lo convierte en un excelente caso de estudio ya que en él se
pueden relevar y analizar un amplio catálogo de soluciones infraestructurales y el
impacto urbano que estas conllevan. Si bien desde siempre el arroyo Morón contó
con grandes potencialidades ecológicas, paisajísticas y urbanas, actualmente es
una barrera y un foco de contaminación de alto riesgo para la comunidad.
15. 14
La infraestructura como soporte de lo público
Estos escenarios urbanos relacionados al agua proponen una nueva mirada del te-
rritorio y del paisaje. Es en este punto donde pretendemos retomar ciertos me-
canismos proyectuales de las infraestructuras como complementos al enfoque
arquitectónico sobre la ciudad. Dos acciones intrínsecas son de particular interés:
por un lado, su gestación siempre estrechamente vinculada a las características
geográficas, y, por otra parte, su funcionamiento orientado al manejo y gestión de
recursos, tanto naturales como artificiales. Ambas particularidades convierten a las
infraestructuras en un instrumento fuertemente vinculado a la escala territorial y
con un marcado impacto en los paisajes en los que se inserta.
Si bien el enfoque proyectual de las infraestructuras sobre el territorio es en extre-
mo tecnisista, su complementación con la arquitectura puede favorecer una rela-
ción con el paisaje más operativa, es decir, transformar los elementos naturales en
dispositivos capaces de producir recursos renovables y de conformar sistemas de
acondicionamiento climático. En este nuevo planteo los recursos hídricos no solo
tendrán un impacto espacial y social en el tejido urbano sino que además serán
productores o gestores de nuevos flujos energéticos dentro de las ciudades.
Frente a este escenario las grandes piezas de infratecturas aparecerán como dis-
positivos de remediación de ecosistemas urbanos basados en su capacidad como
herramienta de intercambio urbano/territorial. Esto permitirá no solo gestionar com-
plejas variables del manejo del agua generando de un problema un recurso eco-
sistémico sino además establecer nuevas formas y patrones de asentamiento y
habitabilidad en torno al espacio público.
Algunas hipótesis iniciales
Los proyectos urbanos o arquitectónicos de gran escala han operado sistemática-
mente en las ciudades a partir de un binomio de componentes muy específico: el
vacío, compuesto principalmente por el espacio público y los llenos, representados
concretamente por la arquitectura. Si bien cada una de estas partes conlleva carac-
terísticas tanto cuantitativas como cualitativas, a la hora de hacer ciudad se produce
una profunda escisión con un tercer componente: la infraestructura. En esta última
han resultado históricamente elementos estrictamente técnicos y, en la mayoría
de los casos, deseables de ser ocultados. Sin embargo son las infraestructuras las
encargadas de mantener funcionando a las ciudades constituyendo un entramado
vital que no solo interactúa con el espacio urbano sino que además lo hace con los
territorios que son soporte del mismo.
Esta capacidad de las infraestructuras de funcionar como un mecanismo de interac-
ción entre la ciudad y el territorio las convierte en un elemento clave en el impacto
que las urbes generan en el medioambiente y por ende las posiciona como un actor
principal frente a la crisis climática. Según informes de la Universidad de Oxford
17. 16
realizados en 2018, “los proyectos de infraestructura pueden tener múltiples efec-
tos en varios ODS y pueden lograr hasta un 92% de sus metas”
. Si consideramos
además la destructiva expansión de las ciudades sobre periferias naturales y pro-
ductivas debido al gran crecimiento poblacional mundial y la vertiginosa migración
masiva de las poblaciones rurales, las ciudades aparecen como fuertes agentes de
cambio frente al desequilibrio medioambiental actual.
Pero la infraestructura no solo es capaz de dar respuestas a las problemáticas
ambientales sino que además puede convertirse en un importante soporte para
la vida en comunidad; según Eduardo Mangada “la infraestructura es lo de fuera,
lo público (...) La arquitectura encierra y protege lo mío, la infraestructura alberga
y mueve lo nuestro, lo plural”
. Este nuevo enfoque propone a la infraestructura
como posible soporte para lo público desde un punto de vista habitable y no me-
ramente técnico/funcional.
Para ello la arquitectura puede realizar importantes aportes que permitan moderar
las condiciones casi siempre monofuncionales de las infraestructuras que aceleran
sus procesos de obsolescencia y su capacidad para hacer ciudad. Grandes esfuer-
zos económicos y constructivos son llevados adelante, no solo para desarrollar las
infraestructuras sino para luego ocultarlas; Oriol Bohigas se pregunta si “el simple
valor funcional, constructivo, económico, el buen diseño ‘ingenieril’, es suficiente
en su autonomía para provocar la cadena de adecuaciones hacia un futuro de crea-
ciones imprevistas”
. Esta idea de ocultar las infraestructuras para que se desplacen
con cierta libertad por los subsuelos o por el espacio aéreo de fragmentos subur-
banos la mayoría de las veces solo consigue anular el futuro crecimiento interno de
la vida urbana; se generan barreras, límites y territorios estériles con tendencia a
consolidarse como “no lugares”
.
Frente a esta situación el nuevo desafío será entonces cómo incorporar a nuestra
disciplina a las infraestructuras urbanas como parte de los programas arquitectó-
nicos con el fin de diversificar y sincronizar usos de todo tipo. De esta manera el
vínculo de la arquitectura con la ciudad ya no será solamente a nivel espacial y for-
mal, sino que aparecerá como un dispositivo de intercambio de todo tipo de flujos
energéticos potenciando las redes infraestructurales. La arquitectura de gran esca-
la tendrá entonces la oportunidad de convertirse en una nueva plataforma híbrida
como soporte del intenso crecimiento urbano.
Algunas reflexiones parciales
El workshop Territorios Líquidos funcionó como un laboratorio que permitió obte-
ner resultados proyectuales que retroalimentaron constantemente a las propues-
tas teóricas elaboradas. Frente a la construcción del concepto de infratecturas la
verificación proyectual permite no solo verificar las hipótesis iniciales sino además
La infraestructura como soporte de lo público
19. 18
reconocer nuevos elementos emergentes. Este workshop realizado en el Arroyo
Morón, Buenos Aires, permitió generar nuevas reflexiones que enriquecen la explo-
ración de esta nueva temática de infratecturas.
En primer lugar, la arquitectura deberá entender que sus contextos serán globales
en tanto las problemáticas sean globales; Luis Fernández-Galiano se refiere a “la
fragilidad de nuestro planeta y la necesaria solidaridad entre los habitantes de esta
casa común , que tanto hemos hecho por degradar, y de la que somos inevitables
pasajeros en su viaje por el espacio y el tiempo”
. Se plantea entonces una necesi-
dad de dar respuesta desde la arquitectura a nuevas causas comunes que exceden
ampliamente los entornos próximos de los edificios. En este sentido, la incorpora-
ción al proyecto arquitectónico de las infraestructuras urbanas como elementos de
vinculación ambiental le permitirá a la arquitectura expandir ampliamente su abor-
daje contextual; afrontar la dualidad global-local, desde un enfoque programático y
espacial y no meramente formal, será uno de los desafíos clave de las infratecturas.
Para afrontar estas simultaneidades escalares será importante pensar estos nuevos
dispositivos arquitectónicos desde una lógica sistémica en su conformación. Esto
le permitirá a la arquitectura obtener respuestas adaptables a múltiples contextos y
escalas a partir de una racionalidad constructiva necesaria para soportar las especi-
ficidades técnicas que requieren los programas infraestructurales. Será importante
encontrar geometrías que permitan sincronizar tanto programas disímiles como
escalas duales, y que estas conformen un soporte de código abierto que permita
variaciones sin interrumpir el correcto funcionamiento de estas nuevas infratecru-
ras. La arquitectura entendida como sistema permitirá ser expandida, densificada y
replicada sin perder su carácter original.
En última instancia todos estos desafíos traerán aparejados la necesidad de en-
tender que la gran escala de estas infratecturas no debe ir en detrimento de las
condiciones de habitabilidad de estas. Nos enfrentamos a nuevas escalas que
transcurren entre la arquitectura y el urbanismo, serán grandes fragmentos urbanos
resueltos por un único dispositivo arquitectónico de grandes dimensiones. Para ello
es importante entender, como plantea Quetglas que “lo grande y lo pequeño está
pasando ahora” y de esta forma poder desarrollar metodologías proyectuales que
logren sintetizar la enormidad de las infraestructuras urbanas con la intimidad de los
espacios arquitectónicos.
La infraestructura como soporte de lo público
21. 20
Nuevo atlas de referencias
Gonzalo A. Mir
Almacenamiento y expansión
Podríamos definir un atlas de referencias como una colección sistemática de refe-
rentes de distintas índoles, los cuales reúnen determinada información necesaria
para una adecuada toma de decisiones proyectuales. Estas colecciones encuen-
tran lugar en los discos duros de nuestros ordenadores, nubes virtuales, bitácoras
de trabajo o en cualquier otro formato de almacenamiento ya sea digital, análogo.
Naturalmente, las acumulaciones de información se producen también en nuestra
mente, esto es cuando aquellas referencias penetran formando parte del aprendi-
zaje e incremento cotidiano de nuestro conocimiento, flotando en la superficie y a
rápido alcance para ser aplicadas en un nuevo desafío proyectual. Los distintos atlas
se van expandiendo en su contenido continuamente a medida que transitamos la
profesión en sus distintos escenarios y contextos. La continua experiencia ineludi-
blemente nos lleva a descubrir y, mediante un proceso de selección, a almacenar
nuevas referencias que nos serán útiles en el futuro.
En el contexto de la arquitectura, las producciones y referencias generalmente son
de carácter inmóvil o estático, de cierta forma ancladas a un terreno como basa-
mento necesario desde donde se vinculan estructuralmente e intentan permanecer
por generaciones. Las producciones afectan su contexto inmediato y viceversa,
en una relación que pretende ser al estilo del mutualismo, aunque esto no suceda
siempre. En muchos casos, se producen bordes urbanos o límites inaccesibles que
impactan negativamente a la vida pública en las ciudades. En contraposición, si
pensáramos en otras disciplinas conectadas también con el diseño y la ejecución,
23. 22
Nuevo atlas de referencias
como la ingeniería industrial o civil, sus creaciones podrían entenderse como dispo-
sitivos, dinámicos y cambiantes por su inevitable dependencia del movimiento para
poder ser efectivos en sus resoluciones. Esto ya sea para poder estructuralmente
resistir y reaccionar ante las cargas dinámicas actuantes en grandes estructuras,
por ejemplo, puentes colgantes viales donde las cambiantes ráfagas de viento y el
flujo vehicular los afectan en todo su trayecto con variables niveles de intensidad,
requieren de una estructura preparada a moverse absorber o disminuir el impacto
de los repentinos cambios de estado. Las alas de una aeronave comercial pueden
flexionarse en sentido vertical con flechas de hasta 5 metros, como respuesta ante
la intensa carga que genera la masa de aire por la que atraviesa en el trayecto de su
viaje permitiendo que todo el dispositivo flote. Con el objeto de adaptarse a entor-
nos cambiantes, otros dispositivos también requieren del movimiento de alguna de
sus partes: ante el tránsito de navíos con velas o elementos de considerable altura,
puentes colgantes pueden elevar sus calzadas hasta posiciones casi totalmente
verticales de manera que los barcos puedan transitar por debajo de estos. La Boyita,
casa rodante y flotante patentada en Argentina en 1968, estaba preparada para viajar
por contextos de ruta o agua, pudiendo ser propulsada por un motor fuera de borda.
Al reflexionar desde una perspectiva sustentable, entendiendo a la arquitectura como
infraestructuras abiertas, aptas para la multifunción y con capacidad de reacción ante
los constantes cambios de los usos, quizás son más ricas las referencias que pode-
mos encontrar en otros campos donde el énfasis de las producciones se pone en su
adaptabilidad al ambiente y la mutación para responder a distintas funciones.
Sincronismo de las colaboraciones
En nuestra práctica profesional, tradicionalmente el desarrollo del proyecto arqui-
tectónico se apoya en otras disciplinas ligadas a la construcción, el diseño y la eje-
cución. Toman lugar colaboraciones con distintos especialistas que contribuyen a
la resolución de distintas aristas de un proyecto, buscando transformar la hipótesis
proyectual en un producto concreto ejecutable.
Se otorgan dimensiones a los elementos estructurales, conductos de agua y acon-
dicionamiento con la asistencia de ingenieros, se dota a las construcciones de fil-
tros verdes con especies vegetales propuestas por arquitectos paisajistas, se pla-
nean los decibeles y lúmenes de los espacios acorde a su función calculados por
especialistas acústicos y de iluminación, etc. Una por una se diseñan las distintas
soluciones técnicas, aunque en la mayoría de los casos, estas colaboraciones su-
ceden en estados avanzados del diseño o bien en un anteproyecto ya establecido,
resolviendo dichas soluciones sobre una idea proyectual concebida.
Pero, ¿qué sucede cuando dichas colaboraciones se llevan a cabo desde el momen-
to en que la hoja se encuentra en blanco, trazando las primeras líneas del diseño en
25. 24
Nuevo atlas de referencias
consideración de las variables técnicas? O bien, cuando las referencias considera-
das en la fase creativa inicial del proyecto son aquellas tenidas en cuenta también
por disciplinas de carácter técnico.
Ante estos cuestionamientos podrían distinguirse muchos ejemplos proyectuales,
dos de los más icónicos de la arquitectura del siglo XX son el Centro Georges Pom-
pidou en París y el edificio sede del Banco HSBC en Hong Kong. Ambos cuentan
con gran relevancia por su resolución innovadora al crear un concepto que logra las
necesidades espaciales del programa partiendo del diseño infraestructural y es-
tructural. Tanto Rogers y Piano como Foster, entendieron como elementos duros
a aquellas piezas que transportan los flujos vitales de un edificio ubicándolos al
exterior de sus fachadas y liberando completamente así sus plantas. De esta ma-
nera logran grandes espacios flexibles y diáfanos para la exhibición o de escala
institucional, generando nuevas e interesantes relaciones espaciales para los tra-
bajadores de oficina.
Ambos casos desarrollaron partidos claros e innovadores donde las distintas partes
del edificio colaboran unas con otras como un gran sistema integrado que logra con
mayor eficiencia los requerimientos propios del destino de sus proyectos.
Las nuevas referencias
Infra.tecturas propone, de la misma manera, abordar la hipótesis proyectual desde
sus resoluciones técnicas, aunque haciendo énfasis en un condicionante clave: el
territorio. Esta perspectiva, permite entender a las infraestructuras primero como
un organismo vivo o un sistema de piezas conectadas –desarrolladas por la in-
geniería– donde cada una cumple con una función específica dependiendo de su
ubicación en el mapa (su función y geografía son los factores que determinan el
diseño de cada pieza); y segundo como respuestas eficientes al territorio, en donde
el producto resulta desde una reacción o entendimiento del ambiente:
1. Elementos que captan y transforman, tales como represas o molinos eólicos
(hélices, compuertas, torres de enfriamiento, etc.); elementos que conectan, como
autopistas, acueductos o torres de alta tensión (modulares, tubulares, despegándo-
se o atravesando el relieve, etc.); elementos que tratan o distribuyen, como plantas
potabilizadoras de agua o estaciones de transporte (piezas terminales, recipientes
de gran escala, etc. ubicados en la periferia o centro de la ciudad).
2. Viviendas palafíticas de estructura liviana en ecosistemas cálidos-húmedos que
alientan a la circulación cruzada natural, con finas envolventes de material local que
evitan acumular calor, elevadas previniendo ser alcanzadas por los niveles de agua
en épocas de intensas lluvias. O bien construcciones cupuladas que conservan el
calor generado dentro, ejecutadas con bloques de nieve extraídos de su entorno,
revestidos con el mismo material para aislar térmicamente concibiendo iglús como
27. 26
Nuevo atlas de referencias
alternativas de vivienda económicas y fáciles de construir para los habitantes de
zonas heladas en donde el hielo es el único material al alcance.
Bajo esta mirada se podría realizar el ejercicio de pensar a la arquitectura, apoyán-
dose en referencias provenientes de las ingenierías, explotando las posibilidades
que brindan las resoluciones técnicas surgidas por reflexiones desde la función y el
territorio. Cincuenta años después de aquellas producciones de Rogers y Piano, al
resolver programas desde una perspectiva diferente pueden quizás alcanzarse ricas
soluciones para las distintas aristas proyectuales en simultáneo:
Cabinas de avión para torres de avistamientos de incendios forestales, donde su
liviana y aerodinámica estructura podría oponer menos resistencia a los vientos en-
contrados en las necesarias alturas para el avistamiento, con la posibilidad de usar-
se como refugios transportables de rescate ante un posible siniestro. Plataformas
petrolíferas o cascos de barcos de carga, para soportar parques públicos y móviles
en contextos costeros donde la tierra firme es escasa y la superficie acuática se
transforma en el potencial territorio posible a habitar.
Ante los continuos cambios de los usos manifestados en los últimos años y el sur-
gimiento de nuevas tipologías como consecuencia de las nuevas formas de comu-
nicación y avances tecnológicos, ¿cuáles son los referentes que podríamos tener
en cuenta también para producir tipologías vivas con capacidad de reacción ante
los nuevos usos? ¿Qué referencias podrían contribuir en el desarrollo de las arqui-
tecturas de código abierto?
29. 28
La ciudad y la nave de los locos
Alejandro Borrachia
1. Introducción
La ciudad ha sido la gran protagonista del siglo XX para los arquitectos, motor de
búsqueda de filósofos, sociólogos y pensadores; no existe duda de la importancia
de la ciudad como referente de las conductas humanas, como sistema de orden,
confort y bienestar social. Desde tiempos incluso remotos y en consonancia con
doctrinas religiosas, políticas y filosóficas. La ciudad siempre fue, y aún es, el cam-
po fértil, el laboratorio de ensayo y el espacio donde se ganan o pierden todas las
batallas. Escenario de revoluciones y guerras, marco de inclusión social y de pro-
fundas inequidades. La ciudad, como el gran conquistador del globo terrestre, se
ha transformado en la única manera posible de habitar.Todas las otras posibilidades
que conocemos pertenecen de algún modo al sistema urbano, a su red de soporte
e infraestructura, son alcanzadas por sus necesidades e incluso existen como vía
de escape permitida (hasta el momento) por la ciudad.
Los padres de la arquitectura moderna comprendían y admiraban a la ciudad, creían
finalmente que los edificios estaban ahí para servirla, para alimentarla y perfeccio-
narla. La construcción de la ciudad era un tema fundamental; ellos eran sus dueños,
en un completo sentido del término, desde su manera de habitarla hasta en su ob-
sesión por moldearla según sus pensamientos e ideologías. Eran ciudadanos de un
concepto que fluctuaba de hacedor en hacedor y no importaba exactamente donde,
su mirada se encontraba por encima y por delante de lo que ocurría. Le Corbusier
se adueña de Buenos Aires, de Río de Janeiro; Mies Van der Rohe decide hacer lo
mismo con Chicago, con NuevaYork y Wright decide el destino e ideal del suburbio
31. 30
La ciudad y la nave de los locos
y la sociedad americana. Son ciudadanos habitando lo que proyectan desde su par-
ticular mirada, son los dueños originales, nosotros en cambio somos sus herede-
ros, y la ciudad que nos han legado ha mutado terminando por definirse a sí misma
como un autómata que se libera del hombre para tomar sus propias decisiones.
2. Anomalía cotidiana
La megalópolis con su crecimiento ilimitado, la ciudad densa que quiere ser aún
más densa y se hace espacio donde el espacio ha dejado de serlo, deviene en
decisiones exóticas para las prácticas profesionales de otros años y de a poco en
nociones de usos y bellezas alteradas, aceptadas por la profusión de hechos, cos-
tumbres e imágenes ya habituales con el paso del tiempo.
Encontrar un hueco, acomodarse en este magma solidificado, defenderse, sobrevi-
vir, lograr un espacio en esta red de individualidades anónimas, en esta plataforma
interminable, fuerza situaciones inesperadas, de medidas mínimas y decisiones
extremas. Nos hemos convertido en surrealistas de tiempo completo y en la ciudad
actual la anomalía, repetida cientos de veces, representa a la normalidad y la nor-
malidad se ha ido transformando en una anomalía.
Dice Sou Fujimoto en su texto Futuro primitivo: “Gradación es una palabra que
será la clave para el futuro de la arquitectura. Por ejemplo, existen infinitos matices
cromáticos entre el blanco y el negro, e innumerables valores entre el 0 y el 1. La ar-
quitectura convencional sistematiza nuestro mundo en nombre del ‘funcionalismo’,
como si en él estuviera claramente diferenciado lo blanco de lo negro. Sin embar-
go, nuestras vidas contemporáneas se basan en miles de acciones impredecibles
ligadas unas a otras”1
. Imaginar lo impredecible es el desafío que enfrentamos al
intentar comprender la ciudad y suponerla hacia el futuro.
Es así que, de la ruptura con ciertos límites, de la aceptación y normalización de
prácticas colectivas repetitivas (impredecibles y a veces incluso ilegales) y de las
carencias de cualquier índole, nacen nuevas posibilidades, se generan nuevos pai-
sajes y se funden antiguas nociones, propiedades, deseos y placeres; con límites
desplazados, con nuevas visiones de lo denso, o de lo lleno y de lo vacío, en busca
de las imágenes de la ciudad del presente; o de la ciudad del futuro.
Los arquitectos que actuamos en este contexto anómalo seguramente operamos
con una visión alterada de la belleza y tal vez sea este enfoque enrarecido el que
posibilite cierta búsqueda y respuesta arquitectónica en una red de encargos que
se conectan por su lado bizarro, por su origen contra-urbano.
Dentro de este marco es que se redefine nuestra idea de habitabilidad, aceptamos
alienados y en silencio lo que heredamos, sufrimos y transitamos las aberraciones
más impensadas del confort ciudadano, y cohabitamos con las inequidades socia-
33. 32
La ciudad y la nave de los locos
les más extremas, siempre deseando que por algún mágico proceso del destino
todo cambie. Se transforme en un modelo nuevo e ideal.
La megalópolis es como “la nave de los locos”2
que navegamos a la deriva y con total
aceptación; deseamos que el viento cambie y llegar a tierra, pero nuestra acción se
basa en la inacción; movernos dentro de la nave, como si el vaivén de ese movimien-
to, colectivo pero arrítmico, pudiera alterar en algo el rumbo de nuestro desenlace.
Koolhaas escribe acerca de su ciudad genérica: “La Ciudad Genérica es fractal,
una repetición sin fin del mismo módulo estructural simple; es posible reconstruirla
desde su entidad más pequeña, un PC, quizá incluso desde un diskette”3
. Es la ano-
malía la que se repite sin fin, y su entidad más pequeña en este ejemplo está cons-
tituida por una abstracción. Por naturaleza dentro de la alteración todo es posible.
Esta claro que no existe el modelo ideal, ya no existe lo genérico, no existe la tabla
rasa, no existe tampoco una mirada clara, límpida, ajena a esta lógica alienada que
tiñe nuestras acciones. Pero tal vez podamos servirnos de ella y seguir el pulso de
la megalópolis con una mirada nueva; la de la habitabilidad, la de la equidad y la de la
preservación de todo hecho natural como si fuese nuestro único camino.
Además de una mirada nueva sobre las infraestructuras y su participación en el
paisaje urbano, con objetivos múltiples, tratar el agua para hacerla potable signifi-
ca también la oportunidad de crear un sistema de estanques naturales y nuevos
parques abiertos al público con vegetación, como sucede con la compañía estatal
colombiana EPM (Empresas Públicas de Medellín) y su proyecto “UVA, Unidades
de Vida Articulada” que integra 14 tanques de agua a la vida urbana como espacios
públicos de calidad en los barrios más pobres de esa ciudad colombiana4
. Democra-
tizar las infraestructuras para que sus cientos de propósitos se entrecrucen en miles
de nuevas opciones.
Tal vez y solo tal vez, podamos refundar así, sobre los cimientos de nuestras ciu-
dades actuales, un camino hacia estos ideales alterando muy de a poco, y con
pequeñas incisiones, la realidad cotidiana que no es exactamente la realidad que
como ciudadanos merecemos.
3. Latinoamérica
Si en párrafos anteriores hablábamos de la ciudades como el campo fértil para la
exploración, el laboratorio de ensayos del siglo XX, hoy hablamos de la necesidad
de redefinir ese laboratorio pensando en lógicas que nos son cotidianas y aprehen-
sibles. Seguramente si revisamos algunas tendencias de cambio en el mundo de
hoy encontraremos que pequeñas culturas localistas, con identidad y valores arrai-
gados en sus sociedades han sido descubiertas por la intelectualidad global como
modelos a seguir y replicar en escalas mucho mayores.
35. 34
La ciudad y la nave de los locos
Notas:
1- Futuro primitivo, Sou Fujimoto (2008-2010) [El croquis 151, Madrid, 2009]
2- La nave de los locos, El Bosco, óleo sobre tabla, 58 cm x 33 cm. Museo del Louvre, París, Francia.
3- La ciudad genérica, Rem Koolhaas [GG, Barcelona, 2006]
4- https://www.archdaily.co/co/787787/la-historia-de-como-medellin-convirtio-sus-tanques-de-agua-en-verdaderos-parques-publicos
Es así que en Nueva York, en el centro de Manhattan, crecen huertas colectivas y
mercados de intercambio de frutos, idénticos a los de los pueblos del altiplano boli-
viano. Se adoptan infraestructuras abandonadas para esparcimiento de la población
de la misma forma que un espacio baldío se transforma en una cancha de fútbol en
cualquier pueblo brasileño, y se sacan sillas a la calle los fines de semana para ver
pasar la vida, tal y como aún ocurre en algunos pueblos del interior de la Argentina.
Necesitamos mirar distinto, para comprender los problemas de nuestras ciudades y
entender cómo solucionarlos desde nuestra idiosincrasia, desde nuestra particular
mirada como latinoamericanos.
Así como en algún momento Latinoamérica fue reconocida por su “realismo má-
gico” en arte y literatura, tal vez nuestras ciudades y por ende nuestra arquitectura
(enfoque generacional , sentido local, etc. ) encuentren un futuro en su propia con-
tradicción, una especie de “surrealismo pragmático”
. Pragmático porque aun desde
su relación con lo irreal, el pensamiento sigue siendo lógico; y surrealista por obliga-
ción más que por convicción. Deseamos, imaginamos, proyectamos y construimos
pero estamos atrapados en el sueño de otro, es el sueño incontrolable de la ciudad.
37. 36
El paisaje como infraestructura
Pablo Carballo
El workshop Territorios Líquidos desarrollado en el marco del curso Infra.Tecturas
representa una excelente oportunidad para repensar el rol de la disciplina del paisa-
je como instrumento de acción en el territorio. La temática planteada en el taller en
relación a la escala territorial y los sistemas de agua, en particular el arroyo Morón
en el inicio de su recorrido a cielo abierto, definiendo el borde oeste del Aeropuerto
El Palomar, la nueva Reserva Natural Urbana de Morón y el proyecto de vivien-
das PROCREAR, permiten ensayar y desarrollar nuevas formas contemporáneas
de comprender el paisaje y la ciudad (ima. 1). Nos enfrentamos a la posibilidad de
generar acciones proyectuales que reconviertan territorios degradados en nuevas
oportunidades para generar espacios públicos colectivos que funcionen como in-
fraestructuras ambientales, aportando una mejora en la calidad de vida urbana.
La contemporaneidad y complejidades del mundo actual nos obligan ineludible-
mente a construir una manera de ver, entender y accionar en los territorios y sus
infraestructuras de una manera diferente, no solo asegurando un funcionamiento
eficaz, sino también potenciando el paisaje, el entorno urbano y humano, mejo-
rado la conectividad y propiciando mejoras ambientales en el contexto donde se
encuentren. El proyecto es un instrumento de anticipación y transformación de la
realidad que pretende mejorar el entorno que habitamos. Proyectar desde el paisa-
je, en conjunto con las componentes naturales y antrópicas de un modo integrado
contribuye a un equilibrio necesario del mundo actual y del futuro que habitaremos.
Las infraestructuras han moldeado nuestras ciudades de modo significativo en
los últimos años, y forman parte vital del funcionamiento de las urbes actuales.
39. 38
El paisaje como infraestructura
En muchos casos estas piezas de alcance territorial han sido planificadas desde
una mirada esencialmente funcionalista, sin tener en cuenta las demás capas que
conforman el territorio. De igual modo, muchos de los hitos naturales tales como
cursos de ríos y arroyos que fueron alcanzados por el crecimiento descontrolado de
las ciudades, se han modificado drásticamente por el impacto de la urbanización.
Sin planificación alguna, las ciudades fueron devorando su contexto natural hasta
destruir o modificar totalmente su condición inicial.
Como afirma Oriol Bohigas en su texto Infraestructuras Suburbiales “parece que
los principales argumentos calificadores del proyecto y la realización de eso que
llamamos una infraestructura, deben apoyarse en consideraciones de eficacia fun-
cional y en los correspondientes parámetros económicos y sociales.
Es decir, se supone que los factores de transcendencia artística, de diálogo contex-
tual, de relación histórica y ambiental, incluso de continuidad de un posible discurso
formal, quedan en un último término. Pero esta suposición es falsa o, mejor dicho,
es solamente una hipócrita justificación de algún error de método. La mayor parte
de infraestructuras –especialmente las que requieren modificaciones de paisaje y
se apoyan en masas de construcción que por sí solas ya han de asumir un rol monu-
mental– tendrían que ser prioritariamente un episodio morfológico en la coherencia
paisajista (Bohigas, 2011).
Es interesante destacar como Bohigas refiere al rol en territorio de este tipo de
intervenciones, afirmando la importancia y escala que significan las infraestructuras
territoriales y el impacto paisajístico que tienen.
En su libro La ciudad posible el arquitecto y urbanista Marcelo Corti define las in-
fraestructuras como “todos los dispositivos que dan soporte ambiental y funcional
a las actividades humanas”
. En la mayoría de los casos, estas se caracterizan ade-
más por su escala y alcance territorial dentro y fuera de la ciudad. Particularmente,
son las infraestructuras una de las principales diferencias de la ciudad moderna y,
en especial, la contemporánea respecto a la ciudad histórica.
Los avances en la ciencia y técnica, la proliferación del automóvil y los nuevos me-
dios de movilidad modernos, las redes comunicativas y de distribución de energía
han transformado drásticamente el paisaje de las ciudades actuales y sus respecti-
vos entornos. (ima. 2)
Corti afirma que “las infraestructuras requieren especial atención en el desarrollo
de las ciudades contemporáneas a partir de tres cuestiones fundamentales: su
impacto urbano (cómo modifican o definen el espacio público, cómo modifican o
dirigen la renta urbana, cómo impactan sobre el paisaje), su impacto económico
(quién, cómo y cuándo las paga) y su impacto ambiental (qué procesos facilitan o di-
ficultan, su ecoeficiencia, sus consumos energéticos y de agua, etc.)” (Corti, 2015).
41. 40
El paisaje como infraestructura
Impacto urbano, economía y ambiente son por tanto tres aspectos que deben en-
tenderse de modo integrado, para accionar y proyectar infraestructuras. Además,
estos proyectos presentan grandes oportunidades para la mejora del entorno ur-
bano y natural inmediato, el autor afirma que una nueva infraestructura debería
“generar o mejorar el espacio público y paisaje urbano o, como mínimo, no destruir
el existente; ampliar o mantener la accesibilidad entre las distintas partes de la
ciudad; resolver otros problemas o generar otras ventajas que los propios de su
función; mejorar la calidad de vida en su entorno inmediato. Resolver problemas
ambientales o al menos no generar nuevos problemas, en relación al uso correcto
de recursos, la biodiversidad, el consumo de energía y agua, etc.
”
. Debemos repen-
sar las nuevas infraestructuras y las existentes, consolidando una nueva manera
de accionar en el territorio y en el desarrollo urbano, integrando disciplinas como
arquitectura, ingenierías, ecología, economía, urbanismo y paisaje.
En consecuencia, se plantea entender el paisaje no como un hecho meramente
estético o de embellecimiento de un sector urbano, en donde se incorpora un poco
de naturaleza y se ajardinan ciertos espacios, mas bien se trata de enfrentarnos a la
oportunidad de comprender el paisaje como una infraestructura, un hecho operativo
del territorio que cumple roles y funciones específicos en interacción con todos los
demás componentes (ima. 3A y 3B).
Podríamos entonces resumir este concepto en dos grandes roles: el paisaje como
infraestructura social, el paisaje como infraestructura ambiental, y dentro de estos
describir algunas de las funciones que cumplen.
El paisaje infraestructura social - Roles sociales y culturales de los espacios públicos:
• Lugares de encuentro e interacción social.
• Ámbitos para la recreación.
• Lugares históricos y memoriales.
• Espacios para hacer actividad física y deportes al aire libre.
• Lugares de juego y encuentro entre vecinos.
• Espacios para la representación de la sociedad, manifestaciones y expresiones de
diferentes grupos sociales.
• Ámbitos para encontrarse, intercambio, el comercio.
• Lugares para desplazarse, moverse en la ciudad transitar.
• Lugares con significados culturales, testimonios históricos y significados.
• Espacios para representaciones políticas y religiosas.
43. 42
El paisaje como infraestructura
El paisaje infraestructura ambiental - Roles ambientales de los espacios públicos:
• Absorción en infiltración de agua lluvia.
• Mejora del clima urbano.
• Aporte de vegetación, árboles y diversidad de especies vegetales.
• Propician la biodiversidad.
• Favorecen la fauna local, aves, insectos y otras especies.
• Pueden conformar corredores ecológicos.
• Retardadores de agua pluvial.
• Regeneración de suelos.
• Protección ante catástrofes naturales.
• Colaboran en reducir la contaminación del aire.
• Colaboran en reducir la contaminación sonora.
• Pueden colaborar en la producción de “energías limpias”
.
El espacio público como oportunidad
La expansión de las metrópolis contemporáneas parece ser inevitable, en todo
caso, la nueva ciudad debe desarrollarse sin perder sus espacios colectivos, es-
pacios públicos estructuradores y articuladores del tejido urbano regional, de las
infraestructuras que lo soportan y que funcionen además como generadores de
nuevas centralidades.
Tenemos la oportunidad de revertir o al menos mejorar esta situación en nuestras
ciudades. Gestionar acciones mediante proyectos y políticas públicas que entien-
dan estos fenómenos urbanos contemporáneos y que puedan revalorizar los espa-
cios públicos existentes de la ciudad consolidada al mismo tiempo que acompañen
el desarrollo urbano estructurado mediante la creación de nuevos ámbitos públicos
para la nueva ciudad. Borja y Muxi (2000) plantean con respecto a esto: “es necesa-
rio hacer espacios públicos de calidad en aquellos lugares en que se producen los
flujos y en los nuevos guetos residenciales, centros comerciales, áreas de sector
terciario, áreas privilegiadas, etc.
En esta nueva ciudad las infraestructuras de comunicación no crean centralidades
ni lugares fuertes, más bien segmentan o fracturan el territorio y atomizan las rela-
ciones sociales. O los nuevos parques temáticos lúdico - comerciales excluyentes
crean caricaturas de ‘centro urbano’ para clases medias consumistas”
.
45. 44
El paisaje como infraestructura
El espacio público es un desafío y una oportunidad para la justicia urbana. Reivindi-
camos la máxima calidad para el espacio público de la cotidianeidad, pero también
el acceso a los espacios públicos de centralidad para todos. El espacio público es un
desafío global a la política urbana: un desafío urbanístico, político y cultural, referido
a toda la ciudad (Borja & Muxi, 2000).
Los espacios públicos son un indicador de calidad en las ciudades. El espíritu co-
lectivo que otorga identidad, construye ciudadanía y vuelve atractivas a las urbes
encuentra en los ámbitos públicos el escenario para desarrollarse. Es allí donde
podemos detectar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Accionar desde el paisaje
Uno de nuestros desafíos es repensar el rol de las infraestructuras urbanas en el
siglo XXI, en función de las complejidades contemporáneas del mundo que ha-
bitamos, y con la certeza de saber que las ciudades seguirán creciendo por los
próximos años. El territorio urbanizado y natural es nuestro campo de acción, allí
debemos encontrar posibilidades de proyecto que transformen los entornos que
habitamos (ima. 4). Por su escala y desarrollo territorial las infraestructuras son un
interesante punto de atención para intervenir con ideas y nuevos proyectos, repen-
sando nuevas piezas o transformando las existentes, integrando las infraestructu-
ras a los tejidos urbanos como soporte de lo público, propiciando un equilibrio con
la naturaleza, posibilitando lugares que mejoren la calidad de vida urbana.
Referencias bibliográficas
Bohigas, O. (2011). Infraestructuras suburbiales. En E. Torres (Ed.), Arquitecturas e Infraestructuras (pp 13-16).
Borja, J. & Muxi, Z. (2003). El espacio público, ciudad y ciudadanía. Barcelona: Electa.
Corti, M. (2015). La Ciudad Posible. Guía para la actuación urbana. Buenos Aires: Café de las Ciudades
47. 46
Territorios anfibios. ElArroyo
Morón, cuenca del Río Reconquista
Daniel D’Alessandro y Mariela Corbellini
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Jorge Luis Borges
Introducción
Los territorios a los que denominamos “Anfibios”
, están caracterizados por su doble
condición de terrestres y acuáticos. Afectados por las dinámicas hídricas, son los
territorios a los que llamamos humedales. Son ricos en biodiversidad, y aportan
importantes servicios ecosistémicos, no solo a sus tierras adyacentes, sino tam-
bién al resto del planeta. En la metrópolis de Buenos Aires (integrada por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y los municipios del llamado conurbano bonaerense),
tienen su principal correlato con las diferentes cuencas hídricas. Estas constitu-
yen áreas de incalculable valor, constituyendo grandes oportunidades, de cara a los
efectos producidos por el cambio climático. Es por ello que requieren de particu-
lares acciones para su estudio, atención, conservación y restauración (Corbellini,
D’Alessandro, 2021).
49. 48
Territorios anfibios. El arroyo Morón, cuenca del Río Reconquista
Históricamente, estos ríos, arroyos, zanjones, lagunas, pantanos, etc., han sido tra-
tados como “obstáculos y amenazas” para el desarrollo urbano, en especial con
una mirada sesgada de los conflictos que generan los cambios en las cotas del agua
y su influencia en las inundaciones en zonas urbanas. Si la solución atiende solo a
estas “amenazas”
, es posible que actúe generando desequilibrios en el ecosistema.
Si profundizamos el estudio de estos territorios, en sintonía con los ciclos de la na-
turaleza, se podrán proponer alternativas sustentables que nos lleven en el contexto
de cambio climático, a un desarrollo de nuestras ciudades que no sea depredativo.
Según la Convención RAMSAR, “la definición del término ‘humedal’ se refiere a
toda área terrestre que está saturada o inundada de agua de manera estacional o
permanente. Entre los humedales continentales se incluyen acuíferos, lagos, ríos,
arroyos, marismas, turberas, lagunas, llanuras de inundación y pantanos. Entre los
humedales costeros se incluyen todo el litoral, manglares, marismas de agua sala-
da, estuarios, albuferas o lagunas litorales, praderas de pastos marinos y arrecifes
de coral” (Ramsar Sites Information Service, 2005).
Si bien los cursos de agua y humedales, se encuentran en el centro del debate
científico y también político, estos territorios en contextos urbanos aún requieren
de un mayor y más exhaustivo estudio. Habitarlos, en armonía y colaborando a la
regeneración de los ecosistemas hídricos se hace imperioso en el contexto de cri-
sis ambiental en la que estamos inmersos.
Estos territorios constituyen áreas de incalculable riqueza de biodiversidad y asis-
tencia para otros ecosistemas. Son imprescindibles para afrontar el cambio climáti-
co y sus efectos. Atender particulares acciones multidisciplinares es necesario para
la restauración de los recursos hídricos y adyacentes. En este contexto de cambio
climático, es urgente entender la acción del habitar, del cohabitar con las especies
humanas y no humanas que componen y habitan los ecosistemas naturales. Parti-
mos de la convicción que estos territorios son habitados por humanos pero también
por animales de todo tipo, así como por plantas y hongos, viento y lluvia, glaciares,
ríos y océanos, ya que todas las criaturas, humanas y no humanas, son pasajeros que
se acompañan en el único mundo donde todos viven, y a través de sus actividades
continuamente crean las condiciones para la existencia de cada uno de ellos, y que por
lo tanto todos son, de algún modo, constructores de ese medio (Ingold, 2012).
El caso
El Arroyo Morón está ubicado en la zona oeste de esta Región Metropolitana, cuya
población concentra más de once millones de habitantes en un pequeño territorio.
Este arroyo conforma una cuenca de aproximadamente 95 km2, en una llanura de
escasa pendiente, con cotas que oscilan entre 30 metros en sus nacientes, hasta
5 metros sobre el nivel del mar en su porción final. El caudal medio es del orden
51. 50
de los 80.000 m3 /día, habiendo detectado caudales máximos de hasta 7
.000.000
m3 /día luego de precipitaciones muy intensas. Se trata de un curso de pequeñas
dimensiones, pero, pese a ello, el arroyo Morón reviste una enorme importancia,
no sólo por recorrer un área de gran concentración urbana e industrial, sino también
por ser responsable de gran parte de la contaminación del río Reconquista en el
cual desemboca (ima. 1), e indirectamente, en el Río de la Plata (Kuczynski, 2007).
Complementariamente a ello, desde 1936 en adelante (ima. 2 y 3), se llevaron ade-
lante procesos de entubamiento que hoy dejan como saldo unos 5 km del primer
tramo del arroyo, cubierto bajo capas de cemento. Este tramo del arroyo entubado,
atraviesa gran parte del Municipio de Morón y conecta dos grandes reservorios
verdes, la séptima brigada aérea de Morón, y la base aérea de El Palomar. Si bien
el proceso de canalización y entubamiento de este arroyo estaba en línea con los
paradigmas infraestructurales de ese momento, invisibilizó a este curso de agua y
arrebató a la ciudad de su presencia y aportes ecosistémicos (ima. 4 y 5).
Abordaje
Los territorios anfibios pueden ser considerados sistemas adaptativos complejos,
en los cuales tienen lugar interacciones dentro y fuera del sistema, a distintas es-
calas, como resultado de un proceso de adaptación continua (Zagare, 2018; Pols
et al., 2015). Estos sistemas permanecen en un equilibrio dinámico en constante
redefinición, en un contexto de gran incertidumbre, en el cual un pequeño cambio a
nivel componente puede generar un impacto cualitativo a nivel sistema en general.
Esta visión es adoptada en la planificación de áreas urbanas asentadas en territorios
de gran biodiversidad, ya que constituyen unidades socioecológicas específicas en
las cuales se busca lograr el desarrollo socioeconómico a la vez de garantizar la
provisión de bienes y servicios ecosistémicos.
Como resultado del crecimiento desmedido y no planificado de las ciudades, las
prácticas económicas no sustentables y la exacerbación de los efectos del cambio
climático, las ciudades y sus territorios circundantes se transformaron en áreas al-
tamente vulnerables, especialmente las ubicadas en áreas costeras y humedales. A
los fines de disminuir los riesgos de desastres y lograr una mayor “seguridad” para
la población, se ha recurrido al desarrollo de grandes obras de infraestructura.Sin
embargo, estas obras, también llamadas “grises”
, implican grandes costos de cons-
trucción y mantenimiento, y a la vez, resultan obsoletas para afrontar los desafíos a
largo plazo (Zagare, 2022). Estas problemáticas requieren un cambio de paradigma
orientado a modelos sostenibles (Frantzeskaki & Rotmans, 2010).
Es así como en las últimas décadas del siglo XX, surgieron los enfoques basados en
los ecosistemas, incorporándose en el debate científico como herramientas para la
adaptación y mitigación del cambio climático, y a su vez, como un camino a seguir
Territorios anfibios. El arroyo Morón, cuenca del Río Reconquista
53. 52
hacia una transición sostenible que garantice el desarrollo económico para las ac-
tuales y futuras generaciones. De ese marco conceptual se desprende el concepto
de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN), que surgió durante la década del
2000 como alternativa para reemplazar y/o reducir el uso de tecnología tradicional y
así afrontar los desafíos sociales, incorporando elementos naturales que aumenten
la capacidad de adaptación de las ciudades y a la vez garantice la provisión continua
de bienes y servicios ecosistémicos.
Las SbN pueden ser definidas como “acciones para proteger, gestionar de manera
sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados que abordan los de-
safíos sociales de manera eficaz y adaptativa, proporcionando simultáneamente
el bienestar humano y los beneficios de la biodiversidad” (Cohen-Shacham et al.,
2016). Estas acciones pueden ser llevadas a cabo en forma individual o bien com-
binadas con otros abordajes, dentro de un plan integral que incluya acciones “sua-
ves” (políticas públicas, capacitaciones, desarrollo y transmisión de conocimientos,
planes, etc.), como también “duras” (obras concretas de infraestructura, sistemas
urbanos de drenaje sustentable, etc.).
Si bien el concepto de SbN ha sido acuñado por la IUCN (Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza), también ha sido incluido en programas de la Comi-
sión Europea y de las Naciones Unidas, específicamente en relación al desarrollo de
las ciudades y a la adaptación y mitigación del cambio climático (Colls et al., 2009;
IIED et al., 2019; Cardinali et al., 2021; Krauze & Wagner, 2019). El concepto de SbN
y su aplicación en el campo de la planificación urbana está fuertemente ligado a las
transiciones sostenibles (Loorbach & Rotmans, 2006). Este campo de investigación
combina la gobernanza con el desarrollo sostenible, permitiendo el desarrollo de
métodos y herramientas para la planificación participativa.
Conclusiones
El abordaje de los territorios anfibios, tales como el del Arroyo Morón, implica una
visión de estos como sistemas adaptativos complejos y requiere de la incorpora-
ción de estrategias basadas en los ecosistemas para la mitigación y adaptación al
cambio climático, en pos de lograr una transición sostenible.
Además, la compleja trama de dinámicas y conflictos ecourbanos es inasible única-
mente desde la mirada unidisciplinar. Es por ello necesaria la incorporación de he-
rramientas y metodologías provenientes de otras áreas disciplinares, tales como las
ciencias sociales (sociología, antropología, psicología social, ciencias políticas, etc),
la filosofía, la biología, la ecología, la geografía, las artes audiovisuales, las ingenie-
rías, etc. Se requiere de una renovada visión de estos, en sintonía con los ciclos de
la naturaleza, ya que esta permitirá proponer alternativas sustentables tendientes
a un desarrollo urbano no depredativo, en el contexto actual de cambio climático.
Territorios anfibios. El arroyo Morón, cuenca del Río Reconquista
55. 54
Referencias bibliográficas
Carlino, H., Zagare, V., et al (2021), Soluciones Basadas en la Naturaleza. Territorios del Agua. Edición del Instituto Torcuato
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Ingold, T. (2012) Ambientes para la vida. Conversaciones sobre humanidad, conocimiento y antropología. Montevideo: Trilce
Kozak, D., Henderson, H., Mazarro, A. de C., Rotbart, D., & Aradas, R. (2020). Blue-green infrastructure (BGI) in dense urban
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Kuczynski D. (2007) Contribución al conocimiento del arroyo Morón, (Argentina): aspectos físicos y químicos. Revista en
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Zagare, V. M. E. (2022). Soluciones basadas en la Naturaleza. NOTAS CPAU, 26–31.
* Este texto está basado en los estudios realizados en el marco del Proyecto de Investigación Orientada de la Universidad
de Morón (PIO-UM) denominado Territorios Anfibios, El caso del Arroyo Morón, en la cuenca del Río Reconquista. Autores:
D’Alessandro, D., Corbellini, M., Zagare V., Bruno, D., Fajardo, L., Dattoli, M., Alzola, L., Mercado, J.
Territorios anfibios. El arroyo Morón, cuenca del Río Reconquista
59. 58
Aperturas líquidas
Mateo Martínez y Facundo Miles
Desde 1908 la totalidad de los cursos fluviales en la ciudad de Buenos Aires han
sufrido un proceso de rectificaciones y de entubamientos para encontrarle una so-
lución a las crecidas que causaban daños en la infraestructura de los respectivos
sectores urbanizados.
Aperturas Líquidas es una intervención de carácter urbano en el partido de Morón,
que tiene como objetivo principal resolver este atentado hacia la naturaleza con
un sentido de sustentabilidad y autosuficiencia. Para ello, se detectó en el límite
oeste del barrio Gaona una oportunidad de desentubamiento del arroyo Morón para
cederle a la naturaleza la posibilidad de resurgir y potenciar el espacio público del
barrio. Ello permite transformar dicho límite hacia el barrio colindante en un espacio
de carácter público de una manera difusa y posibilitante.
Por lo tanto, se realizan 3 aperturas a lo largo del corredor natural entubado con
tres funciones distintas, que reciben el nombre de filtros. Dichas intervenciones
tienen como premisa trabajar el agua de una manera progresiva en un proceso de
descontaminación. El primer filtro alberga un programa habitacional para el estudio
y la investigación del agua, que en principio se encuentra gravemente contaminada.
El segundo contiene un proceso mecánico de descontaminación y filtrado del agua,
configurando a su alrededor un espacio público dinámico, que varía con respecto al
crecimiento del caudal de agua, siendo una plaza seca por momentos o una plaza
húmeda en caso de un caudal elevado proveniente del arroyo. Por último, el tercer
filtro trata sobre una situación lúdica para el usuario de concientización sobre el
61. 60
Aperturas líquidas
cuidado del agua, sumado a un último procesamiento del agua, pero de una manera
natural a partir de vegetación fito depuradora. Se puede decir que dichas inter-
venciones intentan generar un sentido de pertenencia del usuario hacia el arroyo,
implantando una infratectura con un fin sostenible y posibilitante para un espacio
público de calidad, del cual carece el sector. Se utiliza el concepto de infratectura
como polo atractor, con un lenguaje honesto y un programa lúdico en relación di-
recta con el agua.
Por último, el proyecto se sintetiza en el redescubrimiento del corredor natural de
Morón a partir de una infratectura que tiene como finalidad el tratamiento del agua
y la creación de un espacio público de calidad alrededor de ella. Ello aporta una
solución a la problemática original de inundaciones y es un germen que puede ser
replicado en los 10 kilómetros antropizados de arroyo entubado.
65. 64
El proyecto se lleva a cabo en el municipio de Morón, más específicamente en la
desembocadura del arroyo Morón el cual se da junto a la ya declarada reserva natu-
ral en la base del Palomar.
Esta reserva cuenta con 130 hectáreas de espacio verde el cual se encuentra total-
mente cerrado de cara al público, funcionando como límite para ambos barrios con
los que limita (Barrio Gaona y Villa Tesei). Este límite si bien es imaginario porque a
nivel social no existe, si hay que resaltar que a nivel municipal y político si existe,
siendo el cauce entubado del río el que divide.
La base del proyecto se da en la ruptura de estos límites y se lleva a cabo con un
simple concepto, “entrelazar”
. La principal finalidad es acercar la reserva a la ciudad
y viceversa, cómo así también el río con la ciudad. Con el objetivo de que sus fun-
ciones comiencen a ser aprovechadas por el barrio.
Es por esto que el proyecto se lleva a cabo en dos puntos estratégicos. El primero
se da en la actual plaza seca, límite entre los dos barrios. Aquí mismo se propone
traer nuevamente el río al barrio a través del desentubamiento de este y generando
unos piletones que tengan como principal finalidad la limpieza del agua a través de
4 etapas de purificación. Esta agua puede ser luego utilizada para determinadas
funciones y así aprovechar para otro tipo de funciones de aguas grises. El proyecto
también permite jerarquizar el espacio público haciéndolo partícipe de ambos barrios.
Sistemas interconectados
Juan Cruz Coraglio y Franco Tricherri Patocchi
67. 66
Sistemas interconectados
La segunda parte del proyecto se da una vez el río se encuentra a cielo abierto don-
de se plantea, a través de simples excavaciones, generar humedales que ayuden
a generar un ecosistema. Estos se llenan de agua purificada proveniente del río y
dirigida a través de las conexiones establecidas entre el río y la reserva a través de
puentes peatonales.
Encima de los humedales y siguiendo esta idea de utilizar lo que está al alcance
del espacio, se ubican las unidades habitacionales las cuales se generan a partir de
una estructura seca donde se pueden alojar contenedores. Estos están modulados
y permiten posicionarse de distintas formas, posibilitando al usuario apropiarse del
espacio como mejor le convenga.
Con estas dos intervenciones permitimos que estos tres espacios (ciudad, reserva
y río) comiencen a dialogar entre sí y aprovechando una infraestructura existente
para así mejorar el espacio público.
71. 70
En base a la problemática del sector logramos detectar 3 puntos que nos parecie-
ron pertinentes a la hora de desarrollar el proyecto, uno de ellos se basa en el arroyo
de Morón, el cual se encuentra muy descuidado, con aguas totalmente contami-
nadas; otro se relaciona con la falta de noción que tiene la sociedad de la “reserva
natural” que se encuentra a muy pocos metros del barrio; y el último tiene que ver
con el “Plan Procrear”
, en relación a este plan, detectamos que, si bien tiene un par
de acciones correctas en torno al bienestar general del barrio, plantea un límite ante
la naturaleza que tiene a su alrededor.
Interfaz urbano
Francisco Mercado, Gustavo Giménez y Juliana Barreto
73. 72
Interfaz urbano
El proyecto parte del concepto de “Interfaz urbano”
, como un dispositivo media-
dor entre la arquitectura y la naturaleza, con el fin de relacionarse con el contexto
inmediato y multiplicar sus prestaciones. La forma mediante la cual podemos dar
sentido a nuestros paisajes, a través de un dispositivo activo capaz de asumir un
papel de procesador, organizativo y narrativo en el tiempo.
Por lo tanto, el proyecto busca ser ese dispositivo “inter conector”
, con el fin de
poder resolver estos 3 puntos, a través de una torre, que tiene la función de re-
vitalizar el agua contaminada con una serie de turbinas, que luego la trasladan a
una pileta, que también recibe aguas pluviales del barrio, en donde se utiliza para
autoabastecer el edificio.
79. 78
WorkshopTerritorios Líquidos
Buenos Aires 2022
Este workshop realizado en Buenos Aires en 2022 nace de un trabajo conjunto
entre el curso Infra.Tecturas de la Escuela Superior de Arquitectura y Diseño de la
Universidad de Morón y el Instituto Bioclimático de Proyecto de la Facultad de Ar-
quitectura de la Universidad Católica de Córdoba. Durante los 4 días del workshop
se trabajó de manera intensiva combinando talleres proyectuales, recorridos del
sector de trabajo, charlas teóricas y visitas culturales.
Las charlas teóricas se fueron intercalando con los talleres proyectuales e intenta-
ron cubrir diversos aspectos de la temática central del workshop. El arq. Alejandro
Borrachia presentó una charla introductoria sobre su visión de ciudad y sus trabajos
en el municipio de Morón; al arq. Ignacio Imwinkelried realizó una exposición sobre
el nuevo concepto de Infratecturas; el arq. Daniel D’alessandro presentó Territorios
anfibios centrado en su mirada urbana/ambiental del municipio de Morón; el arq.
Pablo Carballo expuso en su charla un nuevo enfoque operativo de los paisajes, y
finalmente la arq. Mabel Modanesi presentó la temática del habitar colectivo y su
relación con las infraestructuras urbanas y con el espacio público.
La jornada de visita al sector de trabajo fue conducida por el arq. Daniel D’alessan-
dro y su equipo de trabajo involucrando además entrevistas con actores claves del
lugar. Se caminó por el area de la reserva del arroyo Morón y su recorrido a cielo
abierto, por la parte inicial del área de entuvamiento del mismo y por las nuevas
obras del plan Procrear que se desarrollan en el sitio.
También se realizó una visita a la Galería y Residencia de Arquitectura de Bisman
Ediciones donde nos recibió Hernán Bisman (director de La editorial y de la galería)
y nos condujo por una visita guiada a unos de los Ateliers de la Casa de Estudios
para Artistas obra del arquitecto Antonio Bonet y por la muestra “Josep Ferrando:
la trama infinita”
El workshop concluyó con una presentación final en la Sede Lima de la UM de cada
uno de los ensayos proyectuales realizados por los equipos de trabajo.
91. 90
Infra.tecturas
Arquitecto Facultad de Arquitectura Urbanismo y Di-
seño de la Universidad Nacional de Córdoba (FAUD
UNC) y Magister en Proceso de diseño innovativo de
la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católi-
ca de Córdoba (FA UCC). En el ámbito académico se
desempeña como Profesor Adjunto en Arquitectura
4A en FAUD UNC; es ProfesorTitular Cátedra Infraes-
tructuras Urbanas. Universidad de Morón, Escuela
Superior de Arquitectura y Diseño; es Co Director
del Instituto Bioclimático de Proyecto en la FA UCC.
Ha realizado el curso internacional Groundscape Ar-
chitecture Design Lab del arquitecto Dominique Pe-
rrault de la École polytechnique fédérale de Lausanne
(EPFL) donde ha obtenido el primer premio con su
trabajo final.
Ha sido coordinador de diferentes workshops na-
cionales e internacionales, entre ellos Territorios en
movimiento FAUD UNC y Experiencias proyectuales
FAUD UNC. Ha sido organizador de diferentes wor-
kshops internacionales, entre ellos Plataformas públi-
cas FAUD UNC y Territorios líquidos UM UCC.
Es socio fundador desde 2015 de DERIVA Taller de
arquitectura, especializado en el desarrollo de proyec-
tos tanto de escala arquitectónica como urbana don-
de ha obtenido importantes premios y publicación de
sus trabajos en revistas y libros especializados.
Ignacio J.
Imwinkelried
Mgter. Arquitecto
Editor de Territorios líquidos
92. 91
Territorio líquidos
Arquitecto Facultad de Arquitectura Urbanismo y Di-
seño de la Universidad Nacional de Córdoba (FAUD
UNC). Magister en Proyectación Arquitectónica e
Historia, Politecnico di MIlano (2018).
En el ámbito académico se desempeña como Profe-
sor en la Cátedra de Infraestructuras Urbanas de la
Universidad de Morón desde 2021.
Desde 2014 es integrante de distintos equipos de
proyecto, en donde se destacan las colaboraciones
en concursos nacionales e internacionales y pro-
yectos de escala arquitectónica en Deriva Taller de
Arquitectura (Córdoba, Argentina) desde 2018; y la
participación en concursos internacionales y proyec-
tos de rehabilitación de edificios históricos en Atelier
Brueckner (Stuttgart, Alemania) desde 2021.
Ha participado en diversos workshops y cursos in-
ternacionales relacionados con la intervención ar-
quitectónica en contextos históricos, destacándose
“Vivienda social en Porto” realizado por la Scuola di
Architettura Urbanistica Ingegneria delle Costruzioni
(POLIMI) y la Faculdade de Arquitectura da Univer-
sidade do Porto (FAUP), con la tutoría del arquitecto
Eduardo Souto de Moura (2017); y el curso de post-
grado Architecture for Heritage dictado porYACademy
en Bolonia, con la arquitecta Valerie Mulvin como tu-
tora, de McCullough Mulvin Architects (2022).
Gonzalo A.
Mir
Mgter. Arquitecto
Editor de Territorios líquidos
93.
94. Esta publicación concentra una serie de ensayos conceptuales y proyectuales elabo-
rados en el workshop Territorios Líquidos organizado por la ESAD UM junto al
Instituto Bioclimático de Proyecto de la FA UCC. El evento se presentó como un
espacio de indagaciones urbano/arquitectónicas optimistas frente a la indiferente
expansión de las ciudades sobre todo tipo de ambientes naturales, entre ellos impor-
tantes sistemas hídricos. Para ello se propuso repensar las infraestructuras vincula-
das al agua como una oportunidad para construir ciudad desde el espacio público y
no simplemente como objetos a ser ocultados que solo aparecen como interrupcio-
nes del tejido urbano.
Frente a esta situación Territorios Líquidos propone indagar sobre las infratecturas
como nuevas formas de hibridación entre programas arquitectónicos e infraestructu-
rales como respuesta a la complejidad creciente de los ecosistemas urbanos. Estos
nuevos formatos tipológicos de gran escala permitirán a la arquitectura vincularse
con la ciudad en nuevos niveles, convirtiéndose en dispositivos de intercambio de
todo tipo de redes y flujos energéticos. Las infratecturas tendrán entonces la oportu-
nidad de establecerse como nuevas plataformas híbridas como soporte del espacio
público optimizando el funcionamiento de los ecosistemas urbanos.